El proceso de una nueva Constitución no se detiene, ahora se vuelve a foja cero en busca de una opción diferente y mejorada que permita redactar una segunda propuesta.

Ni Nostradamus pudo vaticinar un resultado tan categórico del Rechazo, se sabia y proyectaba desde el  inicio un resultado estrecho a favor del Apruebo, que al poco andar empezó a flaquear y dio el espacio necesario para que la Derecha desde bambalinas pudiese fraguar un plan estratégico que derribara una vez más las esperanza de cambios y mejoras  que los chilenos exigen en todos los frentes. Derribar para frenar.

Todo vale para ganar, artimañas, actores, productora, fotos falsas, lideres y organizaciones sociales que No existen, una campaña sin propuestas ni rostros políticos los mismo que ahora intentan subirse al carro de la victoria y para peor movilizando cientos de personas pagadas con los millonarios recursos producto del aporte de privados a la campaña, la derecha es competitiva y nunca da por perdido nada.

En el lado opuesto la centro izquierda una vez más demostró las debilidades políticas al momento de definir, polarización, ideologismo y radicalismo sumado al excesivo protagonismo Comunistas en la campaña, vocería y comandos locales terminaron alejando al electorado de centro.

Otro factor gravitante fue el resurgimiento de un “Amarillismo” desatado que negocio e hizo campaña con la Derecha sin ningún complejo, cruzaron la línea de la decencia vendiendo  el alma, en su interna piensan que van ser protagonista de esta segunda etapa, veremos si tocan algunas migajas.

El triunfo contundente del  Rechazo no es un buen resultado en sí, pues frena un proceso de cambio y una Constitución que ya estaba escrita y validada por nuestra institucionalidad, este inesperado resultado deja  un manto de incerteza en cual va ser la metodología o forma para elaborar una nueva propuesta.

Quizás hubiese sido mejor que ganara el Apruebo con un margen mínimo de al menos 2 punto, dejando al Rechazo fortalecido para impulsar las mejoras y cambios que ellos estiman, sin detener el proceso constituyente.

Polarizar y tensionar aun más el debate no son buenas recomendaciones, pero los cambios instalados en la propuesta constitucional ya son parte del ADN ciudadano imposibles de postergar u obviar, derechos de salud y educación, pasar de estado subsidiario a un estado de derecho garantizados, el cambio al sistema de pensiones, el medio ambiente como eje del futuro, el reconocimiento y el nuevo rol de nuestros pueblos originarios, el agua como un elemento vital para la vida por sobre los intereses económicos y mucho mas.

El resultados nacional

El alto nivel de participación por votación obligatoria (Si no votas y no das excusas, pagas multa) acentuó las difrencias a favor del Rechazo . Los silenciosos 7 millones de ciudadanos que No votaron en el plebiscito de entrada, aparecieron y dieron vuelta el tablero dando una categórica victoria al Rechazo, nadie los vio venir.

En el plebiscito de entrada el Apruebo Alcanzo 5,8 millón de votos, ahora solo alcanzo 4,8 millón, además de No crecer retrocedió. El Rechazo obtuvo 1,6 millón en la votación de entrada y ahora alcanzo 7,8 millon de votos, un crecimiento exponencial difícil de explicar.

Una de las causas posibles que explique en parte la derrota, es un voto de castigo al gobierno de Gabriel Boric y el desempeño de su equipo ministerial entre otras muchas razones posibles.

El resultados en Maipú

En el gran Santiago solo 5 comunas mantuvieron el resultado en favor del Apruebo, Pedro Aguirre Cerda, San Joaquín, Ñuñoa, Puente Alto y Maipú, eso sí con una diferencias marginal.

Si bien es cierto que Maipú ratifico el Apruebo, el resultado es un fracaso político. En la votación de entrada el Apruebo alcanzo 207 mil votos, esta vez solo 178 mil votos, retrocediendo en preferencias, pese a la histórica votación de 356 mil ciudadanos que concurrieron a las urnas, un 90% de participación.

Para ser primera vez en que la Sociedad Chilena, Institucionalidad y mundo político son sometidos a un proceso Constituyentes, la tarea se realizo en forma ejemplar, quizás falto tiempo para mayor debate, una metodología diferente al momento de definir los constituyentes, un voto obligatorio de entrada y salida que equipare el nivel de participación en ambos plebiscitos etc, pero la experiencia es positiva por donde se mire.

El proceso continúa y Chile va a tener una nueva constitución incluyendo en gran parte el articulado ya redactados en este primer intento. Los llamados a conducir este proceso deberían estar en el centro político, de eso ya hay un acuerdo tácito en desarrollo.