Chiloé resiste…exijamos explicaciones y soluciones
Saludos a la comunidad Maipucina :
La conmoción apenas me permite escribir. Acabo de llegar de Chiloé y quiero contarte todo lo que viví y sentí mientras estuve allí. El panorama es devastador: un nivel de mortandad que jamás había visto, no sólo de peces y mariscos, sino también de aves y mamíferos que flotan en en el agua y llegan con las mareas al borde de las playas. Y, como si esto fuera poco, se suman cientos de familias desamparadas sin saber qué pasará con su fuente de trabajo y de desarrollo social y cultural. Ver todo esto me dio más fuerza para seguir adelante y ayudar a la isla y su gente.
Pero te necesito a ti. Pídele al gobierno que investigue y tome medidas concretas para frenar esta catástrofe y evitar que se agrave.
Sin duda estamos viviendo uno de los desastres ambientales más graves de nuestra historia. Si bien enfrentamos un episodio de marea roja, esto ocurrió después de que se desecharan en el mar 5 mil toneladas de salmón en descomposición, de un total de 9 mil toneladas autorizadas para verter en el océano. Y lo peor, es que el gobierno chileno autorizó estos vertidos, no informó a la comunidad sobre sus impactos y ahora no hace nada para garantizar que estos hechos no se repitan nunca más.
No sabes lo doloroso que fue para mi encontrar todos esos picorocos, machas, cangrejos, piures, quetros y lobos marinos, entre otras especies, varados en la playa. El mar no es un vertedero, es la fuente de trabajo de buzos y pescadores chilotes. No solo se contaminó el mar, también se afectó la esperanza y la posibilidad de desarrollo de una comunidad entera. Por eso el gobierno chileno debe fiscalizar, involucrar e informar a la comunidad sobre estos hechos y tomar medidas urgentes para solucionarlos. Escríbele ahora al Gobierno y exígele.
Es urgente revisar y demostrar bajo qué antecedente se tomaron la decisiones relativas al descarte de salmones muertos en el mar. Queremos respuestas y necesitamos de todos los ciudadanos para exigir transparencia y cuidado del océano.
Un abrazo.
Estefanía González
Coordinadora de Campañas
Greenpeace en Chile